Moscú, RD Herald. – Miles de soldados rusos que han regresado del frente en Ucrania enfrentan una dura batalla silenciosa: el estrés postraumático. Diversos informes y testimonios de familiares revelan que muchos veteranos padecen síntomas severos de ansiedad, depresión, insomnio y episodios de violencia, sin recibir la ayuda médica y psicológica que necesitan.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que, pese a la magnitud del problema, las autoridades rusas han fallado en establecer un programa de asistencia integral para los combatientes. En algunos casos, los exsoldados son dejados a su suerte, con pocas posibilidades de reintegrarse plenamente a la sociedad.
Expertos en salud mental advierten que la falta de atención puede derivar en un aumento de suicidios, violencia doméstica y abuso de sustancias, agravando así la crisis social en el país. Mientras tanto, familias y grupos comunitarios han comenzado a organizar redes informales de apoyo, intentando llenar el vacío que deja el Estado.
La situación pone en evidencia las secuelas invisibles de la guerra, recordando que los costos de un conflicto no se miden solo en cifras de bajas y victorias militares, sino también en vidas quebradas que continúan sufriendo mucho después de que los disparos cesan.
Moscú, RD Herald. — A medida que miles de soldados rusos regresan del frente en Ucrania, emergen preocupaciones alarmantes por el estrés postraumático (TEPT) y la escasa respuesta del Estado para atenderlo. A continuación, un panorama detallado de la problemática:
1. Magnitud del problema
- El 20 % de los veteranos presenta síntomas de TEPT, según la viceministra de Defensa, Anna Tsivileva, aunque clínicas especializadas estiman que la cifra podría estar entre un 25 % y un 50 %, similar a otros conflictos históricos.
- La cifra de soldados desmovilizados asciende a los 137,000, pero solo la mitad ha logrado insertarse nuevamente en el mercado laboral, sin contar con apoyo psicológico ni programas reales de reinserción.
2. El respaldo y la respuesta del Estado
- Actualmente, existe menos de un terapeuta por cada 7,000 adultos en Rusia, y aún menos con formación en atención al trauma de combate.
- Aunque hay iniciativas como bonos por servicio y ofertas laborales (incluyendo formación profesional), estas resultan insuficientes frente a las necesidades emocionales y sociales de los veteranos.
3. Consecuencias en aumento
- Desde el inicio de la guerra, se han registrado al menos 378 homicidios cometidos por excombatientes, muchos de los cuales enfrentan TEPT severo y trastornos relacionados.
- Casos que involucran antiguos presos, enviados al frente como opción para evitar prisión, han generado conmoción social tras el retorno con patrones violentos y consumo descontrolado de sustancias.
4. Narrativa oficial y propaganda
- El Kremlin ha promovido el concepto de “crecimiento postraumático”, resaltando supuestos cambios positivos o fortalecimiento psicológico en los soldados, mientras se minimiza el reconocimiento del trauma clínico.
- Expertos comparan esta situación con el “síndrome de Chechenia” o “Afganistán”, condiciones previas donde veteranos regresaron fracturados sin apoyo gubernamental significativo.
- Además, el Estado ha buscado integrar a veteranos visibles en roles públicos y políticos, como parte del programa “Tiempo de Héroes”, para garantizar su lealtad y evitar posibles descontentos o rebeliones.