Washington, D.C., RD Herald. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encendido nuevamente las tensiones comerciales con China al amenazar con imponer un arancel del 100% a todas las importaciones procedentes del gigante asiático, una medida que, de concretarse, podría alterar significativamente el equilibrio del comercio global y poner a prueba la estabilidad económica mundial.
Una nueva escalada en la guerra comercial
La advertencia de Trump surge tras el reciente anuncio de Pekín sobre nuevos controles a la exportación de tierras raras, materiales indispensables para la fabricación de productos tecnológicos como teléfonos inteligentes, semiconductores y equipos militares. Estos minerales estratégicos, de los cuales China domina cerca del 70% del mercado mundial, se han convertido en un punto neurálgico de disputa geopolítica y económica.
Según analistas internacionales, la decisión de China de restringir la salida de estos recursos es una respuesta directa a las políticas estadounidenses de sanciones y controles tecnológicos, particularmente las que afectan al sector de los microchips y la inteligencia artificial. En este contexto, la amenaza arancelaria de Trump podría ser vista como una maniobra de presión política antes que una estrategia económica a largo plazo.
Riesgos para el crecimiento global
Economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han expresado preocupación por un posible rebrote de la guerra comercial mundial, similar al ocurrido entre 2018 y 2020, que redujo el crecimiento global y afectó las cadenas de suministro.
Un incremento arancelario de esta magnitud, señalan expertos, no solo encarecería los productos importados en Estados Unidos, sino que también podría provocar represalias inmediatas de China, afectando sectores como la agricultura, la tecnología y la industria automotriz.
Reacciones y expectativas
Los mercados internacionales reaccionaron con cautela tras las declaraciones del mandatario, registrándose leves caídas en las principales bolsas de Asia y Europa. En tanto, voceros del gobierno chino calificaron las declaraciones de Trump como “acciones provocadoras que dañan la estabilidad del comercio internacional”.
Mientras tanto, en Washington, asesores económicos cercanos al expresidente intentan suavizar el impacto del anuncio, indicando que se trata de una “advertencia estratégica” para forzar a China a revisar sus políticas industriales y su papel dominante en los minerales críticos.
Un escenario incierto
La comunidad empresarial y los organismos internacionales coinciden en que este nuevo episodio podría reconfigurar las alianzas económicas y comerciales de las principales potencias. La pregunta que queda en el aire es si el mundo está a las puertas de una nueva guerra comercial global, o si aún hay espacio para la diplomacia y el diálogo en medio de una competencia cada vez más feroz por el control tecnológico.