Voces y ecos: Un almacén de esclavos

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Rafael Peralta Romero

Santo Domingo, RDHerald.- A propósito del artículo “El germen de la nación haitiana”, publicado el pasado viernes (15 sept.22), un amigo me enrostró que se quedó esperando argumentos en torno al enunciado del título. Lo más importante que has referido -dijo- es que por un negocio entre ambas, España cedió a Francia la parte oriental de la isla de Santo Domingo.

Esto ocurrió en 1697, a 205 años del llamado descubrimiento del Nuevo Mundo por los europeos. Cuando esto ocurrió -afirma el historiador Juan Francisco Martínez Almánzar- ya Francia tenía control de la parte occidental de Santo Domingo y evidente incidencia en la isla La Tortuga, situada al noroeste.

Los pobladores de esta tierra, mansa y pacífica, la dividían en cinco regiones gobernadas por caciques, pero por las acciones de los conquistadores y la gravitación de las potencias europeas fue borrada la división aborigen para establecer una nueva división que ha dado origen a dos naciones, diferentes en costumbres, lengua y religión.

Procede preguntarse: ¿Qué hizo Francia en su colonia de Santo Domingo? Intensificó lo que hacía antes de que España le vendiera las tierras que fueran de los cacicazgos Marien (que gobernara Guacanarix) y Jaragua (Bohechío). Francia se dedicó a comprar y vender personas de piel negra y al desarrollo de la economía agrícola.

Plantó caña de azúcar y tabaco para la exportación, con el soporte de mano de obra esclava. Pero el mejor negocio para los franceses fue la trata de personas negras, para satisfacer alianzas con industriales y comerciantes de ese país. Salían los barcos llenos de mercancías hacia África para ser cambiadas por personas que serían vendidas.

Un día, 107 años después, los esclavos africanos se rebelaron contra sus amos, en reclamo de sus derechos como personas, y fundaron la República de Haití. El gobierno francés les exigió 150 millones de francos para dejarlos libres. Para saldar esa deuda, mantener la burocracia y vestirse de presidentes, emperadores y generales hacía falta dinero.

En 1821, cuando otras naciones americanas se declaraban soberanas, el Santo Domingo español también lo intentó, y logró poner fin a la dominación española, pero el 9 de febrero de 1822, el presidente haitiano, Jean Pierre Boyer, encabezó una invasión a Santo Domingo que permaneció 22 años. Malos vecinos.

Haití quebrantó la primera independencia dominicana para implantar su dominio y ayudarse a saldar la vieja deuda con Francia, puesto que había quebrado su propia economía al destruir las plantaciones. Nosotros sufrimos las consecuencias de sus odios y sus desvaríos y quizá Francia se arrepienta de haber creado en esta isla un almacén de esclavos.