NUEVA YORK- Gennady Golovkin derrotó por decisión unánime a Daniel Jacobs en una tremenda pelea llevada a cabo en el Madison Square Garden, para mantener su imbatibilidad, conservar su título de campeón de los medianos y agregar el que poseía su rival, versión del CMB. Los tres jueces calificaron la pelea: 114-113, 115-112 y 115-112.
Con asalto de estudio y no uno, sino dos, Golovkin y Jacobs empezaron a soltar las manos a partir del tercer giro con un balance positivo para el de Brooklyn que no quería jugar al gato y al ratón, y que pareció llevar un guión que podía cumplir arriba del cuadrilátero. Decidió la esquina de Jacobs llevar la pelea a la mitad del cuadrilátero para nulificar los pasos laterales de corte que suele hacer GGG y en los que toma ventaja, pero el kazajo mantenía su temida derecha engatillada y advertía de tempestades en cada intercambio.
Fiel a su instinto Golovkin en el cuarto fue a buscar y Jacobs quien por una vez se fue a las cuerdas, lo pagó caro.
GGG le cortó la salida y de una vez lo conectó. Un recto brutal que estalló en la cara del neoyorquino y una combinación arriba parecían el principio del fin. Jacobs se puso de pie y escuchó la cuenta y como si nada regresó a la refriega retador y agresivo con Golovkin.
Golovkin pensó que lo tenía, pero no era verdad. Todos esperaban a la fiera que habita dentro de GGG, pero Jacobs volvió a la pelea y desde ese momento empezó a crecer en el combate.
Es verdad que el neoyorquino cumplía un plan distinto, pero el resultado era el mismo, perdía la pelea ante el coro esordecedor de seguidores del kazajo que dejaron en franca minoría a los fans del muchacho de Brooklyn.
La pelea en el quinto asalto ya no era aquella historia repetida. Golovkin detrás de un enemigo asustado, sin respuestas y el público esperando la sentencia.
Ya había cerrado el quinto con una buena derecha a la cara de GGG cuando Jacobs en el sexto pudo por fin combinar al kazajo, para ganar respeto y despertar a sus parciales. Fue el primer asalto franco que ganó Jacobs. Su sonada estrategia de tirar el jab y bailar, empezaba a aparecer, pero al frente estaba el mejor boxeador del mundo. O en todo caso el más peligroso.
El “Miracle man” empezó a creer en el milagro y aunque Golovkin ganaba en las tarjetas, Jacobs no lucía lastimado y se veía resuelto. Cerraron el séptimo a tambor batiente y pudo haber sido para Jacobs que crecía en la pelea y ya no parecía “comida de tigre”. El desenlace era impredecible, aunque siempre Golovkin tenía engatilladas las respuestas finales, pero ya peleaban de tu a tu en la mitad del ring. En el octavo y noveno Golovkin volvió presionar, pero esta vez recibió dos izquierdas voladas que lo frenaron en la mitad del ensogado.
Que le perdiera el respeto. Era lo que le decían toda la semana a Jacobs. “Total si vas a perder, pierde jugándote la tuya”. Y eso fue lo que hizo Jacobs quien dejó una enorme duda sobre por qué regaló a primera mitad del combate. ¿Por qué no peleó todo el trayecto como lo hizo entre el seis y el doceavo asaltos? ¿Miedo al nocaut? Pudo ser.
En el cuarto final de la pelea se conectaron a pleno ambos, pero prevalecía Jacobs al extremo de que la calificación de esos tres asaltos por los tres jueces fue ocho a una a su favor.
Este combate y más que él mismo su trámite, de alguna manera desmitifica a Golovkin, ganador de la pelea, pero esta vez sin el dominio apabullante de otras veces. A Jacobs lo gradúa entre los mejores pesos medianos del boxeo actual y lo pone en lista para grandes bolsas en el futuro.
Golovkin ,mejora su record a (37-0, 33 KOs) y Jacobs queda con (32-2, 29 KOs).