Una “invasión” de vendedores informales haitianos viene desplazando poco a poco a los dominicanos que se dedicaban a esa actividad en la tradicionalmente caótica esquina de la Duarte con París.
Los extranjeros, bajo las más deplorables condiciones de higiene ofertan allí alimentos, ropa y zapatos usados, libros, víveres, frutas y accesorios para celulares, entre otros.
En ocasiones, han llegado hasta la confrontación con dominicanos a quienes disputan cualquier pequeño espacio dentro del desorden que impera en el lugar.
La avenida Duarte con una extensión de varios kilómetros, junto a la avenida Mella son dos de las avenidas comerciales más antigua de la capital.
Cuando el ciclón San Zenón azotó el país en el año de 1930, la Duarte como toda la ciudad quedó devastada y en la reconstrucción se amplió a cuatro carriles y para la década de 1940 se había convertido en una zona comercial, con teatros, hoteles, barberías, tiendas de tejidos y calzados, la mayoría propiedad de españoles.
Pero, tras la caída de la dictadura de Trujillo y terminado el conflicto bélico de la Guerra de Abril del 65, comenzó a florecer en el lugar el comercio informal y por lo tanto la ocupación de aceras y contenes.
Cuando el problema comenzó a tornarse insoportable y ante las quejas de los munícipes y comerciantes de la zona, en 1982, el entonces síndico José Francisco Peña Gómez, diseñó un plan para dotar de casetas a los buhoneros y adecentar el lugar.
Sin embargo, éstos se reprodujeron como las verdolagas, a lo que se sumó la masiva migración de haitianos de las últimas décadas, empeorando el problema.
Otro elemento que se suma al caos del lugar son las improvisadas terminales de sindicatos del transporte público.
Los choferes de autobuses y carros públicos se estacionan en cualquier lugar para abordar pasajeros es el segundo componente que obstaculiza el desplazamiento por el lugar.
Con 18 años vendiendo en la París con José Martí, Félix Ogando Vargas, comentó: “estamos viviendo una experiencia amarga, porque los haitianos llegan con yuca, plátanos, libros y ropas, abren un puesto de venta en cualquier lugar, y si tú le dice quítate de ahí, no entienden, si vuelve y le habla quieren pelear, pero la Policía y el ayuntamiento no hace nada, por eso esto está difícil”, narró mientras un cliente interrumpió el diálogo con este reportero.
El mercado
Johnny Andújar
Con 30 años vendiendo en la Duarte dice que está preocupado porque los buhoneros dominicanos se están quedando sin puestos de trabajo ante la masiva presencia de haitianos operando negocios informales en esta importante vía esquina París, donde no existe ningún tipo de control.
Jochy Méndez
Presidente de la Asociación de Buhoneros de la Duarte pide al alcalde del Distrito, David Collado que acuda en su ayuda y organice el comercio en la zona, porque de los contrario centenares de dominicanos van quedar sin puestos de trabajo al ser desplazados por los haitianos.
“Antes de llegar los ‘invasores haitianos’ yo vendía hasta 150 libras de yuca, pero ahora sólo traigo 40 y 50 y trato de venderla en las primeras horas de la mañana, y me voy a mi casa ante que los haitianos lleguen para evitar dificultades. ¿Por que si esto sigue así habrá que dejarle esto a ellos? terminó Ogando Vargas.
Al caminar algunos pasos hacia la izquierda en la París llego al lugar que ocupa el haitiano Odilio Darmisí, quien en ese momento estaba en la Duarte con París con una carretilla y en su interior un anafe, carbón, fósforos, astillas de cuabas para asar mazorcas de maíz verde y venderla a 30 pesos la unidad, al preguntarle como le va dice: “yo estoy viviendo y no tengo que trabajar alquilado, porque a diario vendo más de 25 unidades”.
José Antonio Méndez, (Jochy), presidente de la Asociación de Buhoneros de la avenida Duarte, confirmó que se ha producido una especie de avalancha de haitianos que se han apoderado de los puestos de ventas y han creando en la Duarte dos tandas comerciales durante el día y luego en la noche.
Los vendedores haitianos de la segunda tanda llegan después de las 8:00 de la noche, con triciclos cargados de distintos productos, se apoderan de gran parte de la Duarte y la París donde ningún dominicano soporta vender, obstaculizan el desplazamiento de los vehículos y peatones y no pasa nada.
Jochy expresó que todavía ellos tienen 700 venduteros registrados, “ ahora estamos vendiendo algo porque tenemos clientes, pero esto se daño” y la única esperanza para que se organice es si el alcalde del Distrito, David Collado construye la plaza que prometió y saca los haitianos del lugar.
Desde la calle Osvaldo Bazil hasta el mercado de la Duarte en dirección norte la presencia de haitianos es menor, ya que todavía en esas área está ocupada por dominicanos con talleres de costuras, reparación de estufas, abanicos puestos de comprar objetos usados.
En cambio desde la París hasta la México por la avenida Duarte no es muy notorias la presencia de haitianos, pero ahora esa zona está siendo ocupada por venezolanos que operan puestos de venta de jugo, empanadas y cachapas siempre en pequeños grupos de dos y tres personas.
En el último tramo de la Duarte desde la México hasta el Malecón no se observan haitianos operado comercios informales porque en ese lugar gran parte de los centros comerciales son propiedad de chinos.
La París
A todo lo largo de la avenida París, comenzando en el edificio Manuel Fernández Mármol, de la Cámara de Cuentas, hasta la Juana Saltitopa cruzando la Duarte de oeste a este se concentra la mayor cantidad de haitianos operando negocios en la vía pública desde las primeras horas de la mañana hasta la medianoche y en combinación con los choferes del transporte públicos convierten la zona en uno de los lugares con enormes dificultades para desplazarse.
Johnny Andújar, vendedor de zapatos, en la calle París, con 30 años en el lugar, consideró que ahora los haitianos están haciendo una competencia desleal porque traen mercancías usadas y la venden muy barata.
“Mira esos haitianos se ubican de cualquier lado en la París y la gente no encuentra por donde caminar y mucho meno muestran interés por detenerse a comprar y entonces les echan la culpa a los buhoneros. “Miras esos haitianos son muy desorden, y de noche es que la zona es grande” y por eso ahora no vale la pena adquir producto de calidad porque no se van vender.
José Martí
La calle José Martí desde el Parque Enriquillo hasta 27 de Febrero también es masiva la presencia de haitianos, pero de ahí hasta la Osvaldo Bazil los dominicanos y chinos han aperturado negocios con sus respectivas casetas en las calzadas dificultando el desplazamiento de los peatones.
Desde la Osvaldo Bazil hasta el Expreso Quinto Centenario en dirección norte la presencia de haitianos es mínimas y gran parte de los negocios están operado por dominicanos con puestos de venta y compra de maderas y otros negocios artesanales.