Ciudad Mexico, RDHerald. – Durante 20 años, la pareja rusa conformada por Dmitry y Natalia Bakshéyev confesó haber buscado, cercenado, comido y distribuido carne de sus propias víctimas humanas.
El asesinato en serie de la pareja parecía perfecto, pero fueron delatados por un celular que Natalia perdió y encontró un obrero que lo entregó a la policía con fotografías de los cuerpos y los alimentos que preparaban para venderlos.
El obrero encontró varias fotos de la pareja, incluso en una Dmitry aparece sosteniendo una mano humana en su boca. Ahí encontraron una foto de la mujer desaparecida, Elena Vashrushev, de 35 años, quien la convenció de ir a su casa y ahí la mató.
Dmitry nació en 1982 y tenía antecedentes penales por hurtar tiendas y vehículos, logrando evadir a las autoridades y las penas por esos delitos no fueron cumplidas.
Natalia, por su parte, nació en 1975 y trabajó años como jefe de enfermeras en el departamento de sanidad del Colegio Superior Militar de Aviación de Krasnodar, pero la despidieron por su alcoholismo crónico.
Vivían juntos desde el 2012 en un dormitorio escolar, un sitio heredado por el exmarido de Natalia. Eran antisociales en su comunidad, pero nadie sospechó que fueran asesinos seriales.
Cuando los dos se quedaron sin empleo, ella comenzó a cocinar pasteles de carne para venderles a sus vecinos y, según testigos, cuando una de sus vecinas la abordó sobre los ingredientes del platillo, ella dijo que los hacía «con lo que me voy encontrando».
“Nos dejó claro que ella nos podía conseguir buena carne, pero yo le dije que solo trabajamos con proveedores certificados. Se dice que trabajó como chef en algún sitio, así que la Policía debería investigar a esos otros restaurantes”, indicó la testigo.
Dmitry y Natalia, de 38 y 44 años de edad, quedaron detenidos en 2017 después de que asesinaron a Vashrusheva, de 35 años de edad, quien trabajaba como mesera. Natalia fue proveedora de carne para la base militar para la que trabajó como enfermera y también se dijo que vendió la carne a famosos restaurantes de la región.
Al detenerlos, las autoridades encontraron paquetes con restos humanos y 19 fragmentos de piel muerta de sus víctimas a a quienes drogaban previamente.
Natalia fue condenada a 10 años de prisión y su esposo Dmitry a 12 años.