Un dron autónomo durante una demostración de vuelo
No es una película de ficción ni tampoco una operación militar con fuego real en Irak contra el Estado Islámico. Las fuerzas de seguridad en Estados Unidos empiezan a tener la luz verde para utilizar drones armados para la prevención del crimen. El comité judicial del parlamento de Connecticut acaba de adoptar una propuesta legislativa que permitirá a la policía equipar estos dispositivos con armas letales.
La disposición legal es pionera en el país en el que la constitución reconoce al ciudadano el derecho de tener una pistola o un rifle para poder defender su propiedad ante cualquier amenaza. La idea es poder utilizar estos drones para localizar a individuos, reducir a un criminal, desmantelar un artefacto explosivo o derribar, incluso, otro dispositivo autónomo armado utilizado por terroristas.
La legislación fue aprobada la semana pasada por el comité jurídico con el apoyo de los republicanos y demócratas. El margen fue además abrumador, con 34 votos a favor y siete en contra. Dakota del Note ya legalizó el uso de drones armados hace dos años pero solo pueden utilizar tecnologías que no sean letales, como balas de goma y gas lacrimógeno. La iniciativa en Connecticut no recoge estas restricciones.
La protesta de los defensores de las libertades civiles fue inmediata e intentan torpedearla. “Esto no tiene precedentes”, denuncian desde la American Civil Liberties Union (La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles), la organización que está utilizando toda la artillería legal para parar el decreto migratorio de Donald Trump. El debate sobre los drones armados es intenso. “Es un problema real”, añaden los activistas, “esto no nos hace más seguros”.
Los relatores de la iniciativa, apuntan, que estos vehículos armados se utilizarán en “casos muy limitados” y no hay que verlo como una “automatización” del uso de la fuerza. El argumento que utilizan los legisladores de ambos partidos en Connecticut para justificar la legislación es que las fuerzas del orden no pueden quedar al margen del avance tecnológico en la prevención del crimen.
La controvertida legislación, que está integrada en un paquete de medidas más amplio para regular el uso de los drones, se espera entre en vigor para enero de 2018 a más tardar. Antes se deberán establecer los parámetros para el uso de estos drones letales. Con las reglas claras, los policías que operarán estos aparatos volantes armados deberán pasar antes por un periodo de entrenamiento.
Los departamentos de policía en Hartford, Plainfield y Woodbury ya cuentan desde hace unos años con drones para sus operaciones de vigilancia, pero casi no los utilizan porque no les ven utilidad. Los mismos agentes dudan, de hecho, que estos equipos puedan tener un impacto en la seguridad ciudadana y temen que acaben dañando la confianza con las comunidades a las que sirven.
“Nadie quiere armar los drones con una intención ofensiva”, señalan desde la asociación de jefes de policía en Connecticut, que como los políticos insisten en que el recurso a esta tecnología es para defender al ciudadano. Los legisladores consideran que el uso de armas debe estar regulado, pero explican que no pueden cerrar la posibilidad de que en un futuro se puedan usar drones para proteger al ciudadano.
Fuente: El Pais