Santo Domingo, RDHerald.- He visto con cierto asombro las declaraciones a través de un medio de comunicación que refiere la situación de estafa que denuncia el Seguro Nacional de salud SeNaSa, al revelar que ha sido estafada por los médicos de nuestro país.
Todos los que hacemos medicina y tenemos un contrato con las aseguradoras sabemos que cada consulta, procedimiento, cada medicamento, cada emergencia y cada cirugía debe ser debidamente autorizado por la ARS. Que además de la historia médica del paciente, hay que justificarlo con estudios pertinentes que avalan el procedimiento, pero también que cada cirugía va acompañada de biopsias que justifican la cirugía y que una vez terminado el procedimiento tienen un equipo de auditores que verifican la veracidad del procedimiento.
Me pregunto
¿Cómo es posible estafar una entidad con tantos controles?
Bueno entiendo hay de todo en la viña del señor, pero hay que ser un genio del robo para poder atracar a las aseguradoras.
¿No es una admisión de incapacidad de gerencia decir que estos controles no están funcionando?
¿Cómo es posible que solo del 2021 hasta la fecha, es que se empezó a estafar a la ARS, entidad que cursa con 34 años de fundada?
¿Dónde están los estafadores, que no están siendo sometido a la justicia?
No podemos pagar mansos por cimarrones, los culpables deben ser llevados a la justicia.
Lo que sí sabemos es, que los atrasos en los pagos, en los últimos años son cada vez más prolongados
Que los controles y las famosas glosas son cada vez más frecuentes, lo que sí sabemos es que se usó la asegudora para fines políticos, dándole tarjeta de SeNaSa subsidiado a todo el país, llegando a casi 6 millones y solo 1 millón de contributivo. Dando ese seguro subsidiado sin ningún estudio que verifique si realmente es pertinente entregarle ese seguro subsidiado.
Entonces que alguien me explique ¿Si a SeNaSa la quebraron los médicos ladrones o la mala administración y la politiquería barata?
La autora es Dra en medicina con especialidad en endocrinología y ginecología.
