RD Herald.- «Una vez desprovisto de toda la ropa, el cadáver de Trujillo fue trasladado de la cama a un carro camilla de metal. Al hacer la inspección correspondiente, constatamos los siguientes orificios de bala:»
1. Uno en un punto equidistante entre el labio inferior y el mentón (región media), sin orificio de salida, pero suponíamos que la bala podía estar alojada en la región témporo-maxilar izquierda, por existir en esa zona una equimosis muy manifiesta.
2. Destrucción de los huesos y tejidos de la mano izquierda (fracturas expuestas), que se extendía hasta los dos tercios inferiores del antebrazo del mismo lado.
3. Dos orificios pequeños sin salida en la región anterior y media del hemitórax izquierdo.
4. Otro orificio en la fosa ilíaca izquierda, también sin salida.
«Cuando iniciamos la inyección intravenosa de una solución de formol, notamos que en toda la superficie de la camilla se acumulaba bastante líquido ensangrentado. En un principio no supimos de dónde provenía, pero al seguir la trayectoria, levantamos el brazo izquierdo y, a nivel de la axila, apreciamos un amplio orificio con gran destrucción de tejidos. En consecuencia, existían en todo el cuerpo seis orificios de bala, ninguno con salida.»
«Terminado el embalsamamiento, que duró unas dos horas y media, nos dirigimos a un cuarto de baño anexo, ubicado en la parte posterior y externa de la habitación. Allí habíamos depositado la ropa que le habíamos quitado al Generalísimo. Del bolsillo izquierdo sacamos unos cuantos billetes de banco dominicanos, aprisionados por un clip de oro con el escudo de la República Dominicana en colores y las iniciales RLTM. En presencia de los demás médicos, contamos los billetes —ensangrentados— resultando un total de RD$8,924.00 (ocho mil novecientos veinticuatro pesos), entre ellos ocho billetes de mil pesos. Esa suma fue entregada posteriormente al General Ramfis Trujillo.»
«Una vez embalsamado, solicitamos a la Sra. Trujillo el envío de la ropa que ella consideraba debía ponérsele a su esposo. Nos envió un frac, pero al notar que la abotonadura de la camisa era de color negro, solicitamos una blanca, y nos enviaron una con botones de perlas. Por lo tanto, podemos asegurar que Trujillo fue vestido de frac después de muerto, y no uniformado.»
«Terminada toda esta operación, fue colocado en el féretro y conducido a su residencia de la Estancia Radhamés, en la calle César Nicolás Penson, donde fue expuesto en el salón de entrada de la primera planta hasta la llegada de sus hijos, que estaban en París. Posteriormente fue trasladado al Palacio Nacional el día de su enterramiento.»