Tokio, Japón, RD Herald. – La dominicana Marileidy Paulino volvió a inscribir su nombre en la historia del atletismo mundial al conquistar la medalla de plata en la final de los 400 metros planos del Campeonato Mundial de Atletismo en Tokio, con un crono de 47.98 segundos, récord nacional y la tercera mejor marca de todos los tiempos.
La hazaña de la velocista de Don Gregorio, Peravia, confirma su condición de estrella global y la coloca en un círculo reservado donde solo dos mujeres, en tres décadas, han logrado detener el reloj por debajo de los 48 segundos.
Una final de otro nivel
La carrera se disputó en un ambiente cargado de expectativas, con las miradas puestas en el duelo entre Paulino y la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone, considerada una de las grandes sensaciones de la velocidad mundial.
Paulino salió con firmeza, administrando su energía como acostumbra, y en los últimos 100 metros aceleró hasta forzar un registro de 47.98 segundos, pulverizando su propio récord nacional. Sin embargo, McLaughlin-Levrone voló hasta detener el cronómetro en 47.78 segundos, la segunda marca más rápida en la historia de la disciplina, para quedarse con el oro.
La bareiní Salwa Eid Naser, campeona mundial en 2019, completó el podio con un tiempo de 48.36 segundos.
Consistencia de campeona
La actuación en Tokio refuerza el dominio de Paulino en los últimos cuatro años. Desde 2021, la dominicana ha corrido 56 pruebas oficiales de 400 metros, de las cuales ha ganado 49, con tres títulos de la Liga Diamante, medallas olímpicas y mundiales, y ahora este nuevo hito histórico.
Su capacidad de crecer en las grandes finales la ha convertido en una de las figuras más respetadas del atletismo internacional, demostrando que la confianza, la disciplina y la constancia son claves para mantenerse en la cima.
Orgullo dominicano
Con esta nueva presea, Marileidy Paulino ratifica su posición como una de las más grandes atletas de la historia de la República Dominicana, apenas por detrás del doble campeón olímpico Félix Sánchez.
“Hice mi carrera y estoy feliz de darle otra medalla al país”, declaró Paulino tras la competencia, con la serenidad de quien sabe que cada paso en la pista fortalece su legado deportivo.
La plata conquistada en Tokio no solo engalana su vitrina personal, sino que también alimenta la esperanza de un pueblo que ve en ella el símbolo del esfuerzo y la excelencia dominicana.