Jerusalén / Washington, D.C., RD Herald. – En lo que podría convertirse en uno de los hitos diplomáticos más relevantes del siglo XXI, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, logró mediar un acuerdo entre Israel y el movimiento islámico Hamás para detener las hostilidades en la Franja de Gaza. El pacto, firmado durante la denominada Cumbre de la Paz de Sharm el-Sheij en Egipto, contempla un alto al fuego inmediato, el intercambio de prisioneros y la apertura de corredores humanitarios.
La firma del acuerdo fue confirmada por fuentes oficiales tanto israelíes como estadounidenses y marca el inicio de la primera fase de un plan de paz más amplio, denominado “Declaración Trump para una Paz y Prosperidad Duradera”.
Detalles del acuerdo
El documento establece la liberación inmediata de 20 rehenes israelíes que permanecían con vida en Gaza, mientras que Israel excarcelará a unos 1,900 prisioneros palestinos, incluyendo detenidos administrativos y personas condenadas por delitos menores. A cambio, Hamás permitirá el ingreso de ayuda humanitaria, alimentos, combustible y medicinas bajo supervisión internacional.
Asimismo, Israel se compromete a retirar gradualmente sus tropas de varias zonas de la Franja y permitir la instalación de observadores internacionales —entre ellos efectivos de Estados Unidos y Egipto— que monitorearán el cumplimiento del alto al fuego y la estabilidad del acuerdo.
Fuentes cercanas a la negociación revelaron que Trump intervino personalmente en las últimas horas para destrabar los puntos más delicados, entre ellos el calendario de retiro israelí y el tipo de armamento permitido en las zonas fronterizas.
El discurso de Trump en Jerusalén
Horas después de la firma, Trump viajó a Jerusalén y pronunció un discurso ante la Knesset (Parlamento israelí), donde calificó el pacto como “un nuevo amanecer histórico para el Medio Oriente”.
“El mundo ha sido testigo del dolor, la pérdida y la guerra durante demasiado tiempo. Hoy elegimos la paz y la prosperidad sobre la destrucción”, afirmó el mandatario, acompañado por el presidente israelí Isaac Herzog y representantes de Egipto, Qatar y Turquía.
Durante el acto, Trump también hizo un llamado al perdón político en Israel, sugiriendo al presidente Herzog considerar un indulto para el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien enfrenta cargos por corrupción. El gesto fue interpretado como un intento de reconciliación nacional en medio de un contexto político interno polarizado.
Reacciones internacionales
Las reacciones no se hicieron esperar.
En Tel Aviv, amplios sectores de la población celebraron el acuerdo, aunque algunos líderes de derecha lo consideran una cesión excesiva ante Hamás. Los grupos más conservadores temen que la liberación masiva de prisioneros se traduzca en nuevos focos de violencia.
En Ramala, la Autoridad Nacional Palestina calificó el acuerdo como “un paso en la dirección correcta”, pero exigió que el proceso de paz se extienda hacia la solución de dos Estados, con Jerusalén Este como futura capital palestina.
Por su parte, en Gaza, miles de familias recibieron con esperanza la noticia del cese de los bombardeos, mientras las agencias de ayuda internacional se preparan para entrar al territorio devastado tras más de dos años de conflicto.
Desafíos pendientes
Aunque el pacto representa una victoria diplomática para Trump y un alivio temporal para millones de civiles, los analistas coinciden en que el camino hacia una paz permanente será largo y complejo.
Persisten las dudas sobre el desarme total de Hamás, la reconstrucción de Gaza y el control administrativo del enclave una vez que las fuerzas israelíes se retiren.
Además, está por definirse el papel que jugará Estados Unidos como garante del acuerdo, especialmente en las fases posteriores que incluirán temas de soberanía, fronteras y compensaciones económicas.
Un punto de inflexión en el conflicto
El plan promovido por Trump busca reactivar el espíritu de los Acuerdos de Abraham firmados en 2020, pero con un componente más integral y humanitario.
Según declaraciones del propio presidente estadounidense, este es “el comienzo de una nueva era de entendimiento entre pueblos hermanos, donde la paz sea más fuerte que el odio y el desarrollo reemplace a la guerra”.
Con este acuerdo, el conflicto entre Israel y Hamás —que ha dejado más de 40,000 víctimas desde 2023— podría entrar en una etapa de distensión sin precedentes. Sin embargo, los próximos meses serán decisivos para comprobar si la llamada “Paz de Trump” logra sostenerse o se convierte en otro intento fallido en la historia de Medio Oriente.