Hipolito Mejia y Danilo Medina… En sus manos está

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Rosario Espinal

Aún faltan muchos meses para las elecciones de 2020, pero ya mucha gente quisiera saber quiénes serán los candidatos y quien va a ganar. Como no se sabe, muchos ven el panorama complicado e incierto. Hay cierto nerviosismo.

Por otro lado, en la búsqueda de certezas, hay una tendencia equivocada a decir que las encuestan ya marcan claramente una competencia entre Leonel Fernández y Luis Abinader. ¡Quizás! Sabemos que ambos quieren la candidatura en sus respectivos partidos. Sabemos que ellos registran las mayores simpatías electorales entre los aspirantes a la nominación. Sabemos que ganarían la candidatura en sus respectivos partidos si no hubiera otras contingencias.

Pero las hay y faltan piezas claves en el rompecabezas. Los factores cruciales, aún desconocidos, están en manos, fundamentalmente, de Danilo Medina e Hipólito Mejía.

Danilo Medina tiene que elegir entre tres opciones, todas difíciles y con complicaciones.

La primera es si busca o no una repostulación. De hacerlo, tendría que embarcarse en un costoso cambio constitucional, con una matemática congresional adversa si todos los leonelistas y perremeístas se oponen. También existe la posibilidad de que sea mediante una decisión del Tribunal Constitucional, removiendo el artículo transitorio de no repostulación de Medina, pero esa opción sería de menor legitimidad.

La segunda es apoyar a Leonel Fernández. Parecería la opción más fácil, ¡pero no!, es una proposición difícil. La relación entre ellos se ha agriado mucho en los últimos años; sectores que apoyan a Leonel, como la Fuerza Nacional Progresista, han sido duros adversarios de Medina; y Fernández tiene una alta tasa de rechazo.

La tercera es apoyar un candidato nuevo que se enfrente a Leonel Fernández en las primarias. Escoger esa persona es difícil porque varios en el PLD aspiran, aunque todos marcan bajo en las encuestas. Habría entonces que hacer una inmensa inversión para levantar a quien sea elegido (a menos que fuera Margarita Cedeño, que está bien posicionada; pero ella, se supone, no va a enfrentarse a su esposo).

Cualquiera sea la decisión de Danilo Medina, impactará de manera significativa en el proceso electoral y en los resultados. Por eso, mientras no se sepa qué hará Medina, no hay forma de estimar lo que sucederá en el PLD o en las elecciones de 2020.

Hipólito Mejía, por su parte, dice aspirar a la candidatura presidencial del PRM. Es muy difícil que logre ese propósito, a pesar de su carisma, porque muchos en el partido no quieren apostar a un candidato que tiene en su aval una crisis económica en su presidencia de 2000-2004, y lleva dos derrotas electorales (en el 2004 y en el 2012).

Si Mejía aportara la fuerza de su carisma a la causa perremeísta, apoyando un candidato con mayores posibilidades (sea Luis Abinader u otro), sería de gran utilidad para el crecimiento del PRM, ¡pero no!, anda por su camino.

Por el momento, el PRM se ve estancado porque no hay claridad de propósito. Hipólito puede apoyar o perturbar su partido, dependiendo de lo que haga, y mucha gente lo sabe o lo siente. Y la peor pesadilla para el PRM sería que se produjera un contexto de modificación constitucional a favor de la repostulación de Medina y parte de los legisladores perremeístas de la corriente de Hipólito la apoyara.

Por todas estas razones, las incógnitas para las elecciones de 2020 las despejarán Danilo Medina e Hipólito Mejía, y para eso, hay que esperar hasta el 2019.