Colombia, RDHerald.- John Jairo Velásquez, más conocido como «Popeye», ocupa un lugar en la historia negra de Colombia. Durante años fue jefe de sicarios de Pablo Emilio Escobar Gaviria, ex líder del cártel de Medellín. Según admitió, fue responsable del asesinato de 300 personas, y de haber ordenado la ejecución de unas 3.000 aproximadamente.
Corría el año 1992 y la organización narcotraficante, una de las más sanguinarias en la historia del país, estaba cercada por el Ejército colombiano, la DEA, el servicio secreto de Israel, el Bloque de Búsqueda conformado por la Policía Nacional y los Pepes. Éste último fue un grupo paramilitar que le declaró la guerra a «El Patrón». Ante este panorama, «Popeye» decidió abandonar a Escobar y se entregó a la Justicia en julio de ese año.
Recaló en la prisión La Modelo, en Bogotá, y los siguientes 23 años los pasó en cinco cárceles diferentes. La Justicia lo condenó por terrorismo, narcotráfico, concierto para delinquir con fines terroristas y homicidio. El martes 26 de agosto de 2014 salió de la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá, y recuperó la libertad.
Inmediatamente su figura ganó la atención de la opinión pública. Es que uno de los hombres de mayor confianza del máximo líder narcotraficante de la historia estaba en libertad, dispuesto a contar toda la verdad de aquellos años que sembraron de terror y muerte a Colombia.
Pero «Popeye» apodo que recibió en su breve época en el Ejército colombiano durante la adolescencia sabía que afuera había millones de compatriotas indignados con su libertad. Por ese motivo optó por crear un canal de vínculo con la gente. Así es como se convirtió en un reconocido y polémico «youtuber», bajo el usuario «Popeye Arrepentido», que cuenta con más de medio millón de seguidores. En la plataforma se presenta como un «ex bandido en busca de una nueva oportunidad en la sociedad. Activista político y defensor de los Derechos Humanos».
«Cuando quedé en libertad, un amigo me dijo: conviértase en ‘youtuber’, y lo hice porque el ADN de Pablo Escobar y del cartel de Medellín está dentro de mí, porque me sé la historia del narcotráfico a la perfección y porque he recibido el apoyo y cariño de la gente, incluso desde países como Rusia, China, Canadá y Australia, que ven en mí que sí es posible reinventarse y buscar una segunda oportunidad», declaró el ex sicario meses atrás en una entrevista a «El Nuevo Herald». Sin embargo, hay otros que en vez de destacar su inserción en la sociedad, lo repudian tildandolo de «sicario, asesino, rata y criminal».
«Popeye» utiliza asiduamente ese canal, al igual que redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, para hablar de diferentes temas: su vida al lado de Escobar, la actualidad de Colombia y hasta responde preguntas de sus seguidores.
La vida del ex sicario resulta tan polémica como contradictoria. Mientras en las redes se define como un «defensor de los Derechos Humanos», reconoce también que siempre será «un asesino». «Cuando alguien en la calle me increpa, yo me le voy encima y nos enfrentamos», advirtió en el reportaje publicado en junio de este año.
Otra de sus «armas» de estrategia social, tal como él lo reconoció, fue la serie «Alias J.J.», realizada por Netflix junto a Caracol TV, basada en el libro «Sobreviviendo a Pablo Escobar», que Velásquez escribió en prisión. «El verdadero Pablo: sangre, traición y muerte», y «Jhon Jairo Velásquez: Mi vida como sicario de Pablo Escobar», son los otros dos libros de su autoría.
Mientras en YouTube se reconoce un bandido «arrepentido», en las redes se presenta como «Popeye Leyenda». Allí profesa su «lealtad» a Escobar y le rinde homenaje en reiteradas publicaciones.
Tal vez lo que más polémica generó en estos tres años de libertad es su incursión en la política. En ese rol, se queja de la corrupción y critica fuertemente al gobierno de Juan Manuel Santos. Al mismo tiempo, se afilió como activista del partido Centro Democrático (CD), del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, y anunció su intención de postularse como senador colombiano.
Velásquez acompañó al bloque opositor en su rechazo al acuerdo de paz con las FARC. Ante la participación del grupo guerrillero en la arena política -uno de las concesiones del Gobierno en el marco del acuerdo-, el ex sicario se comparó con el jefe del movimiento insurgente, Timochenko: «Si Timochenko va a tener un curul, yo también tengo derecho».
En su campaña contra las negociaciones de paz, se tomó una foto con el ex jefe de Estado, Andrés Pastrana, secuestrado por el cártel de Medellín en 1988. «Popeye ya pagó su deuda con la sociedad y está en su derecho a marchar», manifestó Francisco Santos, primo del actual mandatario colombiano y ex vicepresidente de la Nación que también fue raptado por la organización criminal, luego de una manifestación de CD en repudio al acuerdo de paz.
La última polémica que salpicó a uno de los más sanguinarios asesinos que tuvo Colombia se produjo el pasado sábado 9 de diciembre. La Policía capturó en una lujosa finca a Juan Carlos Mesa, alias «Tom», uno de los narcotraficantes más buscados en el país, por el que Estados Unidos ofrecía una recompensa de dos millones de dólares. Más allá de la caída del capo narco, la otra nota que dejó el operativo policial fue que en la fiesta se encontraba «Popeye». Hecho que puso en riesgo su libertad condicional.
El día que no me dejen expresar más el fusil hablará por mí porque es una expresión más valedera
Tras lo sucedido, el polémico ex sicario de Escobar utilizó, una vez más, las redes sociales para hacer su descargo. Por medio de Twitter aseguró que «no es un delito ir a una fiesta», pero luego agregó que estaba «en el lugar equivocado». En su catarata de mensajes, calificó de «ratas miserables» a quienes le desearon que regrese pronto a prisión, y reconoció no tener miedo ante esa posibilidad.
Las autoridades anunciaron que iniciarán una investigación sobre los presuntos vínculos de Velásquez con «Tom», cabecilla de la organización criminal «La Oficina». El ex hombre de confianza de «El Patrón» adelantó que castigará a la Fiscalía, quitando su colaboración sobre las causas que aún recaen sobre el cártel de Medellín: «Busquen otro que les ayude, hasta acá llego yo».
«Youtuber», «influencer» en las redes sociales, escritor, y hasta activista político… Por los caminos más diversos dirigió su nueva vida «Popeye», después de más de dos décadas de prisión. Pero la polémica y el coqueteo con la vida criminal siguen intactos.
El propio Velásquez, quien se reconoce un «bandido arrepentido» que aspira a ser senador, dejó una advertencia para el día que YouTube o las redes sociales decidan prohibir que exprese sus ideales por medio de sus respectivas plataformas: «El día que no me dejen expresar más el fusil hablará por mí porque es una expresión más valedera».
Fuente: Lucas Goyret de ifobae.com