Elías Piña, RDHeral.- Bandas de dominicanos y haitianos estarían traficando niños del vecino país para venderlos a parejas que no tienen hijos o colocarlos en las calles como pedigüeños.
Según los denunciantes en otros casos, los niños son entrenados en hogares dominicanos para el servicio doméstico.
Un testigo narró que el tráfico de personas a través de la frontera se realiza en hora de la noche, a través de una ruta de muy difícil acceso para los militares que vigilan el área, quienes tienen instrucciones precisas de no disparar si los extranjeros se dan a la fuga.
El coronel Oscar Díaz Liriano, supervisor del suroeste de la Dirección General de Migración (DGM), dijo no tener conocimiento de que se estén raptando niñas y niños en Haití, que luego serian vendidas a parejas en algunos de los 12 municipios de las provincias Comendador y San Juan.
En tanto una fuente militar que pidió reserva de su nombre, afirmó que el centro del tráfico de indocumentados por la frontera, como “algunos de esos extranjeros vienen con su familia o parte de ella, no se descarta que aprovechen para raptar algunas niñas que luego venden aquí.”
Más adelante expresó: “Mira, controlar el ingreso ilegal de extranjero, del contrabando de drogas y otras acciones ilícitas que se realizan por la frontera, es prácticamente imposible.
Ellos han establecido una ruta por toda la parte Norte de Elías Piña y San Juan, creo comenzando en la sección Sabana Mula, Yabonico, Punta Caña, Juan de Herrera, la presa de Sabana Yegua, a pocos metros de llegar a la trifurcación Azua-San Juan-Barahona, se desvían, siempre hacia el Norte, también evaden el último chequeo, en Los Pilones, es una asunto bien difícil”, sostuvo.
Este redactor supo de al menos una vivienda donde hay donde hay una niña de haitiana que fue vendida a una pareja de dominicanos.
Se supo que el hombre procreó tres hijos con una primera esposa, la que murió, se casó de nuevo, pero no ha podido procrear hijos por problemas biológicos que tiene su actual pareja.
Cuando quien escribe llegó a la vivienda y notó la presencia de la niña haitiana, preguntó al dueño de la casa por la infante, este dijo:” Esa niña me la trajo un haitiano, cuando vino tenía tres años, ahora tiene siete, cuando llegó estaba completamente desnutrida, la llevamos al hospital, la desparasitamos, y mira ya como está.”
Y sigue narrando el hombre, cuyo nombre este diario se reserva, “cuando llegó no hablaba nada en español, ya conoce mis hijos, algunos de mis nietos, dice los nombres de los mayores que están casados, y de algunos amigos que me visitan, la queremos mucho”.
Al preguntarle ¿donde esta el haitiano que te la vendió?, respondió, dijo que trabaja en una finca, pero no puede venir a la casa, el no sabe donde yo vivo, y por ende, no sabe donde está la niña, o donde vive, porque yo planifiqué, me la entregó lejos de aquí, en otro pueblo.
