Puerto Príncipe, RD Herald. – En una de las operaciones más contundentes ejecutadas por el Estado haitiano en los últimos años, más de un centenar de presuntos miembros de las temidas bandas armadas de Gran Ravine y Village de Dieu han sido abatidos en las últimas 48 horas mediante ataques con drones explosivos, confirmó este miércoles la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).
Los dispositivos no tripulados fueron lanzados por el grupo de trabajo especial creado por el primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aime, como parte de su estrategia de guerra directa contra la criminalidad que asfixia a la capital haitiana, Puerto Príncipe, actualmente dominada en más de un 85 % por estructuras criminales.
Drones letales y precisión quirúrgica
Según el comunicado emitido por el director ejecutivo de la RNDDH, Pierre Espérance, la ofensiva aérea fue especialmente efectiva en una escuela abandonada conocida como Maranatha, en el sur de la ciudad, que había sido tomada por bandas como cuartel general. Allí se concentraban células armadas que operaban con total impunidad y que desde hace meses sembraban el terror en la zona.
“El uso de drones ha permitido golpear directamente en el corazón de los feudos criminales, en espacios donde las unidades de la Policía Nacional no podían penetrar debido al alto riesgo y al control territorial absoluto que ejercen estas bandas”, señala Espérance.
Aunque hasta el momento ningún líder principal de las bandas ha sido abatido, sí han caído decenas de sus principales lugartenientes, generando un quiebre importante en la estructura de poder del crimen organizado haitiano.
Entre los más golpeados está la poderosa coalición armada Vivre Ensemble, liderada por Jimmy Cherisier, alias “Barbecue”, quien ha perdido a varios de sus principales operadores de confianza. En redes sociales, miembros de estas bandas han comenzado a manifestar su temor frente a la nueva táctica estatal, reconociendo su vulnerabilidad frente a los ataques aéreos.
Una guerra sin cuartel en Haití
Desde marzo, el gobierno de Fils-Aime ha endurecido sus acciones frente a un panorama de virtual desgobierno en varias zonas del país. El uso de drones explosivos marca un giro tecnológico e inédito en la lucha contra las pandillas en Haití, y ha sido complementado por una serie de operativos terrestres liderados por la Policía Nacional en sectores como Kenscoff, donde los enfrentamientos han sido intensos en las últimas semanas.
El avance, sin embargo, no está exento de cuestionamientos por parte de organizaciones de derechos humanos, que piden transparencia en la identificación de las víctimas y garantías de que no se están produciendo ejecuciones extrajudiciales.
Aun así, la población civil ha comenzado a expresar cierto alivio ante el debilitamiento de grupos que durante años han secuestrado, saqueado y asesinado con total impunidad. Mientras tanto, el grupo de trabajo antiterrorista del primer ministro continúa afinando su ofensiva aérea, decidido a recuperar los territorios perdidos por el Estado.