Los cancilleres de esos países, Susana Malcorra, Aloysio Nunes y Herlando Muñoz, advirtieron sobre las consecuencias que podría traer esta decisión en medio de la grave crisis de Venezuela
Tras la convocatoria de Nicolás Maduro a una Asamblea Constituyente en Venezuela, rápidamente la oposición y gran parte de la comunidad internacional repudiaron la iniciativa del régimen chavista, que busca eliminar el Parlamento y evitar elecciones libres.
Este martes, los cancilleres de Argentina, Brasil y Chile se pronunciaron al respecto y coincidieron en que una Asamblea Constituyente no es la solución a la grave crisis que atraviesa el país caribeño.
Las declaraciones del canciller brasileño, Aloysio Nunes, estuvieron a la par de las acusaciones de la oposición venezolana, al considerar la iniciativa de Maduro como «un golpe».
«Es un momento más de ruptura del orden democrático, que con
tradice la propia Constitución del país», señaló el diplomático a través de las redes sociales.
Nunes advirtió que la Constituyente tal como la planteó el presidente chavista no será elegida por el voto directo de los venezolanos, sino «por organizaciones sociales controladas por Maduro para hacer una constitución a su gusto».
Heraldo Muñoz, canciller de Chile, indicó: «La ya difícil situación de Venezuela sin duda se está tornando aún más compleja. Se ha agravado». El chileno opinó que la convocatoria a una Constituyente «implicaría, aparentemente (…), la disolución de la Asamblea Nacional, que fue elegida por el soberano, por el pueblo venezolano a través de las urnas». La ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, Susana Malcorra, quien fue la portavoz de las críticas al régimen militar de Maduro en la última sesión de la OEA, cuando se convocó una reunión de cancilleres, también se manifestó luego del anuncio del jefe de Estado bolivariano.
«Si bien (el procedimiento) está en la Constitución, me parece que en este momento es casi como echar nafta al fuego. Tenemos que evaluarlo, pero pareciera que todo el mundo está doblando la apuesta y no está pensando que los que se mueren en la calle, sea cual sea el color político, son venezolanos», apuntó.
Estados Unidos, por su parte, acusó a Maduro de tratar de «camb
iar las reglas del juego» para asegurarse el poder con la convocatoria de una Asamblea Constituyente y advirtió que podría estudiar nuevas sanciones a funcionarios venezolanos a raíz de ese «paso atrás» en Venezuela.
«Tenemos profundas preocupaciones sobre las motivaciones para esta Asamblea Constituyente, que ignora la voluntad del pueblo venezolano y erosiona aún más la democracia venezolana», sostuvo el subsecretario de Estado adjunto de EEUU para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Fitzpatrick, en una conferencia de prensa. Este lunes, Maduro convocó una Constituyente «popular y no de los partidos políticos» para redactar una nueva carta magna, cuyos integrantes serán 500. Algunos serán elegidos por municipios y otros propuestos por sectores sociales: productivos, empresariales, educación, entre otros.
Esta iniciativa despertó el rechazo de la oposición, que acusa al régimen de intentar establecer una constitución a su medida y de prohibir que se celebren elecciones libres en el país.