Norristown, Pennsylvania, RDHerald.- (AP) — Bill Cosby, con su carrera en Hollywood y su imagen de tipo bueno arruinadas, fue sentenciado el martes a entre tres y 10 años tras las rejas por haber drogado y abusado sexualmente de una mujer en el 2004, convirtiéndose en la primera celebridad enviada a prisión en la era de #MeToo.
El castigo prácticamente completó la vertiginosa caída del comediante de 81 años, un exastro de la TV que rompió las barreras raciales.
“Es hora de hacer justicia. Señor Cosby, todo esto se ha vuelto en su contra. Ha llegado la hora”, dijo el juez del condado de Montgomery Steven O’Neill, quien citó la declaración de la víctima Andrea Constand al decir que Cosby le arrebató su “espíritu hermoso y joven y lo pulverizó”.
Cosby declinó la oportunidad de hablar en la corte antes de conocer su pena.
La sentencia se dictó al final de una audiencia de dos días en la que el juez lo declaró un “depredador sexualmente violento”, una etiqueta que lo somete a asesoría obligatoria de por vida y a notificar a la comunidad sobre su paradero.
El actor otrora apodado el Papá de América por su papel del doctor Cliff Huxtable en la popular serie de los 80 “El Show de Bill Cosby” fue declarado culpable en abril de abusar de la administradora del equipo de baloncesto de la Universidad de Temple Andrea Constand en su mansión a las afueras de Filadelfia en el 2004. Fue el primer juicio de una celebridad en la era de #MeToo.
Cosby enfrentaba desde libertad condicional hasta 10 años en prisión. Sus abogados pidieron arresto domiciliario argumentando que estaba demasiado viejo y desamparado. Los fiscales solicitaron entre cinco y 10 años tras las rejas al decir que todavía representaba una amenaza para las mujeres.
El fiscal de distrito del condado de Montgomery Kevin Steele rechazó la idea de que la edad y mala salud de Cosby le dieran derecho a piedad.
“Fue bueno para esconder esto por mucho tiempo, así que ha tomado mucho tiempo llegar hasta acá”, dijo Steele.
Su proceso transcurrió mientras otro drama extraordinario de la era #MeToo continuaba desenvolviéndose en el Capitolio, donde el nominado a la Corte Suprema Brett Kavanaugh enfrenta acusaciones de conducta sexual inapropiada que datan de hace más de tres décadas.
El caso de Cosby “realmente despertó conciencia sobre la generalización de … la violencia sexual contra subalternos y contra mujeres de poder relativamente menor”, dijo Daniel Filler, decano de la escuela de derecho de la Universidad de Drexel. “Para los jurados, creo que ha cambiado inherentemente la credibilidad de los acusadores”.
En los años desde que Constand acudió por primera vez a la policía en 2005, más de 60 mujeres han acusado a Cosby de violencia sexual, aunque ninguna de esas denuncias ha llevado a cargos penales.
El juez decidió sobre el estatus de Cosby como “depredador sexualmente violento” luego que una psicóloga del estado declaró que el artista parece tener un trastorno mental que le provoca un deseo incontrolable de tener relaciones sexuales con mujeres sin su consentimiento. Cuando se pronunció el fallo, una mujer en la corte elevó sus puños al cielo y suspiró, “¡Sí!”.
En una declaración presentada ante la corte y publicada el martes, Constand, ahora de 45 años, dijo que ha tenido que lidiar con años de ansiedad y baja autoestima. Señaló que ahora vive sola con sus dos perros y que le cuesta confiar en las personas.
“Cuando ocurrió el abuso sexual, era una mujer joven llena de seguridad y con miras a un futuro de posibilidades brillante”, escribió en su declaración de cinco páginas. “Ahora, casi 15 años después, soy una mujer de edad mediana que ha estado atascada en un patrón de contención la mayor parte de su vida adulta, incapaz de sanar completamente o de seguir adelante”.
También escribió sobre Cosby que “quizás nunca conozcamos el alcance total de su doble vida como un depredador sexual, pero su reino de terror de décadas como violador en serie ha terminado”.
La AP no suele identificar a personas que dicen ser víctimas de abuso sexual a menos que éstas lo hagan públicamente, como es el caso de Constand y otras acusadoras.
Constand acudió a la policía un año después de haber despertado aturdida en la casa de Cosby con la ropa mal puesta, solo para que el fiscal de distrito la desestimara.
Otro fiscal de distrito reabrió el archivo una década más tarde y acusó al astro de la TV luego que el comediante Hannibal Buress dijera en un acto de stand-up que Cosby era un violador, lo que llevó a más acusadoras a pronunciarse, y luego que un juez federal, actuando a solicitud de The Associated Press, desclasificara una vieja y reveladora declaración jurada de Cosby relacionada con la demanda civil de Constand.
En su declaración, Cosby describió encuentros sexuales con una serie de actrices, modelos y otras jóvenes y dijo que obtuvo pastillas de metacualona para dárselas a aquellas con las que quería tener sexo.
El primer juicio de Cosby en el 2017 terminó sin que el jurado alcanzara un veredicto. El actor fue condenado en un nuevo juicio que comenzó meses después de que el movimiento #MeToo desmantelara a figuras como el productor de Hollywood Harvey Weinstein, el periodista Matt Lauer de NBC, el actor Kevin Spacey y el senador Al Franken.
Constand dijo que Cosby le dio lo que ella pensó eran pastillas herbarias para calmar el estrés, y entonces la penetró con los dedos mientras ella yacía inmóvil en un sofá. Cosby alegó que el encuentro fue consensual y su abogado calificó a Constand como una “estafadora” que le tendió una trampa al comediante para sacarle dinero (unos 3,4 millones de dólares que recibió en un acuerdo hacía una década).
Otras cinco acusadoras subieron al estrado en el juicio como parte de un esfuerzo de la fiscalía por retratar a Cosby como un depredador sexual.
Cosby, cuya fortuna una vez se estimó en 400 millones de dólares, rompió barreras en la década de 1960 como el primer actor negro en una serie de TV de horario estelar, “I Spy” (“Yo soy espía”). Alcanzó el estrellato como el sabio y comprensivo doctor Cliff Huxtable en “El Show de Bill Cosby”, una serie de comedia que mostraba un nuevo tipo de familia negra en la TV: un hogar cálido y amoroso encabezado por dos profesionales, una abogada y un médico.
También tuvo éxito con su serie de dibujos animados sabatina “Fat Albert”, apareció en comerciales de pudín Jello-O y se convirtió en un moralista público, sermoneando a la comunidad negra sobre jóvenes que robaban cosas y usaban pantalones anchos. Fue galardonado con la Medalla Presidencial de la Libertad y con incontables premios Emmy, Globos de Oro y Grammy.
Mientras las acusaciones en su contra se incrementaban, su carrera fue colapsando. Las reposiciones del “Show de Bill Cosby” fueron sacadas del aire y una universidad tras otra le fueron quitando sus títulos honorarios.