NUEVA YORK._ El fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus R. Vance Junior, al que nunca se le ve en juicios y otros procesos en las cortes del condado, se apareció de sorpresa ayer martes en el juicio que se le sigue a la niñera dominicana por el asesinato de los niños Lucía y Leo Krim, en octubre de 2012.
Todos, incluyendo el juez Gregory Carro, fiscales adjuntos, abogados, personal del tribunal y público en general, quedaron sorprendidos por la presencia del fiscal.
Vance, cuyos fiscales auxiliares están representando al Ministerio Público en el juicio a Ortega, les dijo a los periodistas durante un receso que estaba allí solo para ver cómo funciona el sistema judicial.
«He estado en las vacantes y no en los testimonios de expertos, tuve algo de tiempo, y estoy interesado en ver cómo va esto», dijo el fiscal.
«Ha sido una mañana muy interesante», dijo después de que el testigo de la fiscalía doctor Ali Khadivi, quien entrevistó a Ortega después de la carnicería, continuó su segundo día de testimonio en el estrado.
Khadivi ha desvirtuado las afirmaciones de la defensa de que Ortega estaba demasiado loca como para saber lo que estaba haciendo y escuchaba voces que le ordenaban matar fatalmente a los niños que estaban a su cuidado y que se matara ella.
Al preguntársele cómo creía que estaba el caso, el fiscal dijo que «creo que sería imprudente hacer un comentario, ya que el juicio continúa”.
Pero añadió que “siempre es una buena idea detenerse para ver casos en los juzgados y comprender mejor cómo van los procesos y ver cómo está funcionando nuestro sistema». Vance se fue antes del almuerzo, a las 1:00 de la tarde.
Temprano en la mañana el doctor Khadivi testificó que Ortega tenía la capacidad de formar una intención cuando mató a los niños Krim en el baño. «Mientras ella estaba en el baño, tiene otras intenciones: tratar de salvarle la vida poniéndole un trapo sobre la herida», señaló.
Supuestamente, Ortega le dijo a la policía después de los atroces asesinatos que estaba enojada con la madre de los niños, Marina Krim, porque le dijo que tendría que trabajar más en la casa. Ortega también percibió otros desaires.
«Se sintió insultada y muy humillada. Cualquier niñera tiene una Metro Card, yo no tenía una Metro Card», dijo Ortega a Khadivi, según su testimonio en referencia a la tarjeta usada para viajar en los trenes y autobuses de la ciudad.